Hoy 28 de enero se celebra el Día Mundial por la Reducción de Emisiones de CO2, o Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre. Es un día para celebrar  lo conseguido hasta ahora, pero sobre todo para avanzar en todo lo que nos queda por hacer  en la lucha contra el mayor desafío al que se enfrenta el planeta y quienes lo habitamos

Hemos avanzado mucho en los últimos años.  Al inicio de la pandemia, entre febrero y marzo del año pasado,  algunas voces que expresaron preocupación ante la posibilidad de que, ante una crisis de tal magnitud, las empresas vieran reducido su nivel de ambición climática o, incluso, pudieran echarse atrás en alguno de los compromisos adquiridos.

Sin embargo, el efecto de la pandemia ha sido radicalmente distinto al esperado. El 2020 que acaba de terminar ha sido un año record en cuanto al número de empresas comprometidas con alcanzar el Net Zero en las próximas décadas. Hoy, el 30% de las empresas del Fortune Global 500 ya cuenta con objetivos de neutralidad de carbono, RE100, Science Based Targets o Net Zero. Todo esto merece una celebración.

Pero el día de hoy debe servir también para preguntarnos si la acción ya tomada es suficiente (no lo es), y qué más podemos hacer, a nivel individual y colectivo, para lograr un mayor impacto y una transición más rápida hacia un mundo sin emisiones.

En este contexto, el fijar objetivos de descarbonización es importante, pero también lo es empezar a actuar ya. Las empresas más innovadoras son aquellas que ya están responsabilizándose de sus emisiones de CO2 hoy, sin esperar a que llegue el 2030, 2040 o la fecha objetivo que se hayan marcado. Se trata de empresas que ya miden sus emisiones, que trabajan para reducirlas al máximo, y que compensan año a año sus emisiones residuales, reportando los impactos conseguidos y dando una importante señal al mercado

Actuación que se ve reforzada por el creciente interés que muestran los consumidores por los bienes y servicios de consumo sostenibles  - que está llevando a las empresas a demandar alternativas más sostenibles a lo largo de toda su cadena de suministro -  y por el hecho de que la sostenibilidad de la empresa se ha convertido en un arma a la hora de captar talento ya que estudios recientes demuestran que las empresas ambientalmente responsables atraen y retienen el talento más que aquellas que no lo son.

Para la compensación, cada vez son más las empresas que eligen soluciones basadas en la naturaleza (NBS por sus siglas en inglés), es decir, proyectos que secuestran el CO2 en bosques, suelos, cultivos y mares. Esto está transformando tanto la oferta como la demanda de los mercados voluntarios de carbono, que vieron como, aunque el número de proyectos NBS ha crecido, el precio de los créditos generados por esta tipología de proyectos también se incrementaba más de un 30%, una tendencia que se espera que continúe.

El 2021, que ha empezado con la buena noticia de la vuelta de EE.UU. a la senda climática tras firmar su regreso al Acuerdo de París, va a ser un año clave para los mercados voluntarios de carbono y para la descarbonización. Para acabar con un deseo para este año que todavía está empezando, que la COP26 de Glasgow resulte en un Artículo 6 robusto, que incluya todo lo necesario para que los países y las empresas puedan asumir como suyo el compromiso de la descarbonización, y que esta se convierta en uno de los pilares hacia una sociedad más resiliente y más justa.

Paz Nachón es Head of Climate Action de  Vertis Environmental Finance.