Desde que iniciamos este viaje en WAS (Women Action Sustainabilty) quiero escribir una pequeña reflexión y por diferentes razones no encuentro el tiempo para ello. Es muy interesante porque no hace dos años que empezó la pandemia y tengo una sensación bipolar del aspecto temporal. A veces parece un dejavu en el que se repiten las cosas (reuniones telemáticas, confinamientos de nuevo en algunos países europeos, viajes más cortos) y por otro lado, todo avanza de un modo vertiginoso y super rápido. A mí, que soy una persona abierta a aprender y que me encanta leer, a veces no me da tiempo de estar al día de todas las noticias y de ver cómo está cambiando el mercado de la energía y la sostenibilidad

Estos dos últimos años han supuesto un gran punto de inflexión para las personas que trabajamos en Sostenibilidad. Mucha gente piensa que han sido los movimientos sociales los que han provocado el cambio, o los compromisos como el Green Deal donde Europa ambiciona la neutralidad en carbono con una reducción de emisiones del 55% en el 2030, sin embargo, desde mi punto de vista, el cambio está viniendo de los stakeholders financieros como Blackrock o de las empresas más maduras en sostenibilidad que están siendo tractoras de los cambios. Al final,  cuando llevas más de 20 años en temas de sostenibilidad y energías renovables te da igual el porqué, lo que quieres es que verdaderamente se produzcan los cambios y que la sostenibilidad pase de ser algo “nice to have” y ser un pilar fundamental de las estrategias de las compañías

Lo bueno de los profesionales que trabajamos en este sector es que nunca nos hemos rendido y siempre somos positivos (es difícil cuando tienes que estar colaborando con todos los departamentos de la compañía), pensamos a largo plazo (un programa descarbonización es 2030 o a 2050) , somo multitasks (desde informes , seguimiento de objetivos , diseños estrategias y planes de acción) ,estamos siempre dispuestos aprender (con la nueva legislación y taxonomía verde hay que hacer un master cada mes), trabajamos en base a la colaboración (ODS17: las Alianzas son uno de los objetivo más importantes a fecha de hoy) y sobre todo, mostramos empatía porque la sostenibilidad se basa en tres pilares (ESG – Enviromental, Social and governance) y en estos momentos el aspecto social empieza a tener el mismo peso que el resto.

La mayoría de los profesionales en Sostenibilidad teníamos grandes esperanzas en la COP26 porque creíamos que la pandemia habría hecho reformularnos varios temas claves a nivel humanidad y pensábamos que todos nos habríamos dado cuenta de que somos vulnerables. La COVID también ha sido una pequeña prueba de lo que puede venir con el cambio climático y por ello muchos esperábamos que la sensación de urgencia y de pasar a la acción haría que los países a nivel global fuesen más ambiciosos perolas enmiendas de última hora de India y China para “reducir progresivamente” el uso de carbón y no la “eliminación” nos ha dejado una sensación agridulce y de decepción de la Cumbre en Glasgow, ya que el progreso conseguido es pequeño y con el compromiso actual no llegaremos a los 1.5 grados Celsius  tan necesarios para garantizar el bienestar de las generaciones futuras.

Aunque me hubiese gustado que existiese un nivel de precisión más detallado y vinculante, me gustaría resaltar los puntos creo han sido más positivos e interesantes del COP26 :

La Biodiversidad ha tenido un papel mucho más importante en la agenda y105 Países se han comprometido con detener e invertir la deforestación en el 2030. 100 países se han comprometido a reducir el metano un 30% en el 2030, liderado por Estados Unidos y Europa. Más de 40 países, incluidos algunos de los principales consumidores de carbón como Polonia, Canadá, Vietnam y Chile, acordaron reducir el uso de carbón, que por primera vez de forma explícita se nombra raíz de las causas del calentamiento global. India, unos de los mayores consumidores de carbón del mundo, se comprometió a alcanzar las cero emisiones netas con fecha límite 2070. China acordó reducirlo gradualmente a partir de 2026. Acuerdo de creación de un mercado de reducción emisiones (vinculado con el artículo 6 del acuerdo de Paris) y el desarrollo de un nuevo mecanismo global de compensación de emisiones. En esta línea, se insta a los países desarrollados a duplicar los fondos para los países en desarrollo (por ejemplo, concediéndoles parte de las ganancias de las transacciones en el mercado de bonos) para ayudarles a adaptarse al cambio climático. Los bancos y los administradores de activos que representan el 40% de los activos financieros del mundo se han comprometido a cumplir los objetivos establecidos en el acuerdo climático de París. Más de 450 empresas que representan US$130 billones en activos pertenecen ahora a la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto.Acuerdo entre China y Estados Unidos para colaborar en la acción climática, aunque somero en detalles, fue una de las gratas sorpresas de la cumbre. Revisión de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), alinenado con el acuerdo de Paris para final del 2022. La Alianza NDC ha lanzado un Fondo de Acción de USD 33 millones para ayudar a los países en desarrollo a implementar sus NDC. Fuerte compromiso del sector privado,

Estos pasos son importantes y nos permiten avanzar en positivo, pero es necesario que todos entendamos que estamos en punto crítico y que hay que concienciar de la urgencia del cambio.

Muchas empresas están tomando el liderazgo, por ejemplo, en 2 años hemos pasado de 28 empresas con el compromiso de 1.5 grados a 1.045 empresas, un 60% de las mismas siendo empresas Europeas y 33 empresas españolas. Pero necesitamos muchas más y desde aquí lanzo un llamamiento a que se incorporen más empresas, no solo las empresas del IBEX sino también las pymes como lo están haciendo en otros países.

También me gustaría pedir a la Administracion que agilice todas las nuevas legislaciones en materia de Sostenibilidad o Energía, que incremente la transparencia y coordinacion con las comunidades autónomas para que las reglas del juego sean parecidas y que elimine las barreras administrativas para que los fondos Next Generation lleguen sobre todo a las pymes.

Pero el punto de inflexión será que todos nosotros como ciudadanos y consumidores cambiemos nuestros hábitos de consumo y tomemos decisiones que ayuden a provocar estos cambios. No podemos esperar a que los gobiernos se pongan de acuerdo en todos los puntos por todos los intereses geoestratégicos que existen, pero sí que podemos ayudar a poner presión si apoyamos a las empresas mas sostenibles, si reducimos el consumo en nuestros propios hogares implementando medidas de eficiencia energética, con un uso eficiente de agua, con una movilidad más sostenible, con políticas de reciclaje y con modelos de economía circular.

Nuestros abuelos pueden ser nuestros referentes porque en la época de la postguerra, la escasez y el hambre hicieron que se entendiese que los recursos son limitados. Debemos educar a las nuevas generaciones para que verdaderamente pasen a la acción y entiendan que la problemática del consumismo (fast fashion) o de la globalización.

El futuro de las generaciones está en nuestras manos. No es solo deber de la Administración, o de las empresas, sino que cada uno de nosotros debemos proponernos objetivos para ayudar a pasar la acción.

Si has leído este artículo es porque quieres ser participe del cambio y solo te pido que te propongas 3 objetivos para el 2022 para pasar a la acción.

RAQUEL ESPADA es socia WAS y Strategy VP EMEA Energy and Sustainability Services de Schneider Electric