Los suecos utilizan una expresión para referirse al nexo que va uniendo un discurso o una intervención: el hilo rojo. La aprendí de la responsable de prensa de la Embajada de Prensa de Suecia en España y fue un gran descubrimiento. En castellano tenemos frases similares pero no tan exactas como esta. 

Cuando la presidenta de WAS, Mónica Chao, me contaba cómo nació la asociación vi desde el primer momento el hilo rojo. Estaba por todas partes. Y empezaba a asomar cuando, en 1992 y con apenas veinte años, una joven universitaria le dijo a sus padres que quería dedicarse al medio ambiente. 

Mónica es una mujer con gran experiencia y una larga trayectoria en sostenibilidad, la inquietud por aportar algo más resurgió en los últimos años, tras constatar que en este ámbito no había carreras profesionales que condujeran a los consejos de administración, y que eran muchas las voces que hablaban, pero pocas que lo hicieran desde el rigor del conocimiento. Y que era la hora. La idea que previamente había sido más abstracta surgió con claridad a finales de 2018.  A partir de ese momento Mónica empezó a compartir la idea con más personas con similares inquietudes. Todos apoyaban la idea, y aunque sin una ruta definida, intuían que era un proyecto interesante y la animaron a impulsarlo.

Para compartir esta idea que ya era  ahora clara, Mónica esbozó el proyecto en un documento. Y el hilo rojo volvió a aparecer en el camino con Isabel Rivadulla, con quien acabó de elaborar el  primer documento de lo que hoy es WAS.  Y mientras tanto, más mujeres se iban sumando. Desde septiembre de 2019 se empezaron a organizar desayunos un viernes al mes en el agradable ambiente que proporcionaba el Palacete de Castellana 64.  Y ya se había unido Laura Rodriguez y después Delia,  de la que llegué yo. Desde Wires, otra Asociación con la que Mónica colabora activamente se unió Patrizia Laplana y también otras mujeres con interés en apoyar la creación de este nuevo movimiento social. Poco a poco el proyecto empezó a tejerse con cuatro ideas comunes sobre la sostenibilidad: la primera era que debía llegar a los altos niveles de decisión de cualquier ámbito, la segunda,  que no había nacido con Greta Thumberg, sino que es una materia en la que se lleva trabajando muchos años con múltiples obstáculos en el camino como la falta de recursos económicos y humanos asignados a esta materia o histórica y absurda vinculación a una ideología política concreta. 

A partir de ahí, con la idea ya clara de que era necesaria y posible una asociación de mujeres (y hombres) por la sostenibilidad, el siguiente paso fue crear una estructura viable y legal para articular el proyecto, y a través nuevamente del hilo rojo que facilitan los amigos, llegaron Raquel Espada y Rosa Vidal, y con esta última, Blanca Silva que ayudaron a dar forma a lo que es WAS.  

Y en el camino fue sumar, sumar y sumar. El hilo nos llevó a Isabel Tocino, primera ministra de Medio Ambiente en España y  a Alicia Muñoz y en ese momento, como por arte de magia, muchas de las mujeres que ya habían oído hablar del proyecto se sumaron de forma definitiva. Fue como esa llamada en “El libro de la Selva”, como si hubiese un llamamiento más allá de nuestras obligaciones diarias, un propósito común que resonase en la mente de todas y sabemos que nos une y estamos dispuesta a trabajar en él con Ilusión. 

En el camino todo encajaba y fluía fácil, desde los primeros desayunos hasta donde estamos ya hoy, constituidas como WAS y con los primeros frutos de nuestro trabajo encima de la mesa. 

Porque Women Action Sustainability (WAS) ha sido eso en los últimos meses y hasta su constitución formal, una suma constante de talento, criterio, conocimiento y trabajo en equipo.    

El pasado 2 de marzo Mónica Chao, las integrantes de la Junta Directiva y junto con Isabel Tocino y Nathalie Picquot, entraban en una notaría madrileña para firmar la constitución de WAS, con el apoyo ya materializado en un documento de un total de 20 socias fundadoras

Y ahí estaba de nuevo, el hilo rojo. Un hilo cargado de energía, la que aportan todas y cada una de las integrantes de WAS, con su presidenta a la cabeza. De responsabilidad y de ganas de aportar y de devolver a la sociedad algo del conocimiento que portamos cada una de nosotras. 

Se lo debemos al planeta. Se lo debemos a las generaciones futuras.