Durante los últimos años, hemos sufrido la pandemia del COVID, posteriormente la guerra de Ucrania, y todo ello unido a la crisis de la biodiversidad y a la emergencia climática en la que estamos inmersos.

Europa, ha apostado por el Pacto verde o Green Deal, como respuesta a estas crisis basado en una transición ecológica y digital de la economía, y en la búsqueda de una nueva estrategia de crecimiento económico sostenible.

Pero en esa hoja de ruta se ha puesto de manifiesto otra de las problemáticas existentes en Europa, en España y también en Euskadi y Gipuzkoa, que es la dependencia de materiales del exterior

Nuestra economía, es una economía enormemente dependiente de materiales del exterior, lo que nos hace muy vulnerables a la respuesta ante cualquier crisis, ya sea sanitaria, energética o de semiconductores.

Por ello debemos revertir esta situación y para ello la respuesta es única clara: la economía circular.

Debemos tener planes de acción concretos adaptadas a las situaciones de cada país, comunidad o territorio, que nos ayuden a implementar aquellos proyectos necesarios para asegurar la resiliencia de nuestra economía, de nuestras cadenas de valor, y aplicar criterios como el ecodiseño, la reutilización de materiales y componentes y una apuesta clara y firme por el reciclaje y la valorización material, es la apuesta de futuro, que debemos y estamos trabajando desde ya.

Uno de los grandes problemas que tiene Europa, es que importa prácticamente el 100 % de los elementos vitales que son necesarios para asegurar la transición ecológica.

Por ejemplo, eliminar la dependencia energética de los combustibles fósiles, imprescindible para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero pasa por un impulso firme de las energías renovables en todas sus formas, pasa entre otras tecnologías por el impulso de instalaciones solares, de plena actualidad y tan necesarias para el impulso decidido de las comunidades energéticas que nos ayuden a promover el autoconsumo y la democratización de la energía con el ciudadano en el centro del sistema.

Pero ello implica a su vez, una dependencia de los materiales necesarios para su fabricación, dependencia, que irá en aumento a medida que se desarrollen lo mismo que la necesidad de avanzar en las tecnologías de la transformación digital de nuestras economías.

La digitalización, tambien implica un consumo intensivo de estos minerales. Actualmente estamos extrayendo una gran cantidad y variedad de recursos minerales, recursos que son finitos, por lo que debemos repensar entre otras cuestiones como hacer la transición energética y la digitalización en clave circular.

Además debemos trabajar la descarbonización del transporte, impulsar la electromovilidad, con objeto de reducir las emisiones GEi’s de un sector como el transporte que en Gipuzkoa es la principal fuente de emisiones de GEI’s. Pero ello supone una vez más, que la cantidad de minerales necesarios va aumentar significativamente para hacer esto posible. Y por ello también debemos hablar de la electromovilidad circular, además de trabajar nuevos vectores energéticos no intensivos en el uso de materiales como el hidrogeno verde circular.

Según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía, de aquí al año 2040 la demanda de estos minerales por parte del sector energético podría multiplicarse por un factor de 4 a 6. Según este mismo informe, en las dos próximas décadas, la demanda de cobre y de tierras raras aumentará un 40 %; la de níquel y cobalto, entre el 60 y 70 %, y la de litio, casi un 90 %.

Y esta situación representa un verdadero desafío para Europa, para todos los estados miembros y para todos los territorios, comparable con el desafío energético actual por la guerra de Ucrania.

Por tanto y como decía al principio por eso ahora es el momento o la hora de un plan de infraestructuras de economía circular para reducir esa dependencia en todas aquellas cadenas de valor estratégicas que tenemos.

Debemos evitar una potencial escasez, que puede ser un problema en un horizonte temporal corto, año 2025, que puede derivar en conflictos internacionales por el dominio de tierras raras, lo que podría llevarnos a un escenario similar al que, hasta la fecha, se ha vivido por otras fuentes de energía como el gas o el petróleo.

Por ello debemos acelerar todos los proyectos vinculados a la recuperación de materiales, y estamos en un momento clave, de oportunidad, que debemos aprovechar, ya que el gobierno de España consciente de esta situación ha lanzado ya la primera línea del PERTE de economía circular con un fin claro: busca reducir la dependencia con el exterior, cuestión clave para asegurar la resiliencia de nuestra economía y de nuestro bienestar

Tal y como ha señalado la Ministra teresa ribera, con este PERTE se buscará reducir el consumo de recursos de España, así como la dependencia exterior del país. A través de esta figura ideada para aunar las inversiones públicas y privadas, y que además nos ayudará a impulsar el proceso de descarbonización de la industria,

Actualmente en España, el 85% de los materiales críticos que se utilizan en la fabricación de paneles solares y otros bienes de equipos renovables, como el níquel o el cobalto, provienen de Asia, por lo que la reutilización de los que ya están en uso "permitirá reducir vulnerabilidades del exterior".

En el marco de este Perte, se impulsará el ecodiseño, la reutilización y gestión de residuos, y la digitalización vinculada a estos objetivos en el ámbito de la empresa, para mejorar la competitividad e innovación del tejido industrial español en cualquier sector. Para lo cual han dotado 2 líneas de ayudas una con más de 100 millones de euros y la segunda, dotada con hasta 300 millones.

 

Y todo ello, con un objetivo claro: reducir la dependencia de las materias primas fundamentales, mejorando la circularidad y la eficiencia de los recursos, diversificando el suministro de materias primarias y secundarias y fomentando el abastecimiento responsable en todo el mundo.

 

La lista de las materias primas a dia de hoy en la UE contiene 30 materias primas fundamentales. El litio, esencial para el cambio a la electromovilidad, fue añadido en el año 2020 por primera vez.

Tenemos que trabajar y reforzar para ello nuestros centros tecnológicos, que juegan un papel fundamental en la innovación, además de fortalecer el abastecimiento interior de materias primas y a desarrollar cadenas de valor resilientes para los ecosistemas industriales.

Tenemos que ser conscientes de la importancia de los minerales críticos en los nuevos tiempos que se avecinan.Impulsod e la electromovilidad y su dependencia de las denominadas tierras raras, cuya cadena de suministro está limitada, la demanda y el precio se mueven al alza y están fuertemente condicionados por la dependencia de China, país que en la actualidad concentra el 80 % del mercado mundial de estos minerales, lo que por añadidura les confiere un valor geopolítico de primer nivel, especialmente en el contexto actual.

El suministro de muchas materias primas críticas está muy concentrado. Por ejemplo, China proporciona el 98 % del suministro de elementos de tierras raras de la Unión Europea; Turquía aporta el 98 % del suministro de borato; y Sudáfrica proporciona el 71 % de las necesidades de platino y una parte aún mayor de los metales del grupo del platino, iridio, rodio y rutenio.

Por ello, es la hora de la economía circular, es la hora de reforzar las principales cadenas de valor del territorio, para el impulso de nuevas industrias y polos de innovación de la economía circular, y aprovechar la oportunidad que el PERTE de economía circular representa, para que esos fondos lleguen a nuestras industrias.

Debemos impulsar proyectos públicos, privados o de colaboración público – privada para fortalecer nuestro sector industrial, ello supone crecimiento económico sostenible y nuevos nichos de empleo verde, ahora toca que todas colaboremos y apoyemos una transición circular real y efectiva para hacerlo posible.

Mónica Pedreira Lanchas es Directora de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa y socia WAS